Adjuntamos entrevista que nos hizo el Diario Montañés sobre el proyecto Territorio Rural Inteligente:
«En un proyecto de Ecoturismo, es imprescindible que no se dé la espalda a la población local»
«Para ser competitivos a día de hoy, hay que ser al menos neutros climáticamente»
«Con las labores de divulgación pretendemos fomentar un cambio de actitud de la población y un mayor respeto y sentido de conservación»
– ¿Qué es para usted un Territorio Rural Inteligente?
Un proyecto fundamental para contrarrestar el gravísimo desequilibrio existente en la actualidad, entre el medio rural y las ciudades. Es necesario este proyecto para avanzar con sentido común y dar la vuelta a esta situación. Un proyecto que pretende dar soluciones, mediante la cooperación de proyectos varios, en la actualidad dispersos, para mejorar los servicios públicos, atender las necesidades de la población más vulnerable, siendo además responsables climáticamente.
– El turismo es una de las áreas de actuación prioritaria en el desarrollo de los TRI, ¿qué estrategias se deben plantear para orientar este turismo hacia un pensamiento sostenible económica y socialmente?
A mi modo de ver es imprescindible que no se dé la espalda a la población local, debe ser premisa del proyecto ecoturístico que los indígenas se impliquen en el proyecto. Por ello debe potenciarse la comunicación directa entre el ecoturista y el habitante local desde sus primeras fases de implantación para posibilitar el éxito y su continuidad a largo plazo.
– ¿Pueden ir de la mano el ecoturismo y la innovación?
Por supuesto que sí, el ecoturismo, como tipología especializada de turismo que promueve y apoya la conservación de la naturaleza y los valores culturales de los destinos, busca innovar constantemente en la aplicación de tecnologías limpias y metodologías de monitoreo de los impactos que se genera sobre el entorno.
Se debería tender a realizar por ejemplo a la señalización virtual e interpretación del patrimonio mediante realidad aumentada para mejorar la competitividad y la sostenibilidad de empresas turísticas y del uso público de espacios naturales.
Así mismo es imprescindible utilizar la comunicación interactiva mediante descargas de información a dispositivos móviles sobre sendas e itinerarios, y crear experiencias de auténtico ecoturismo vinculando acciones de conservación de la biodiversidad y sistemas de retorno de ingresos del turismo.
– ¿Cuáles son los desafíos de los territorios rurales en materia de turismo?
Principalmente mayor presencia digital en la comercialización de los servicios ofertados, ya que la tecnología es capaz de ayudar a la industria turística a desarrollar un nivel más alto de competitividad.
La web es capaz de proveer al viajero todos los detalles en cuanto a lugares y actividades, permitiéndole escoger con confianza el destino que mejor se adapte a
sus preferencias, evaluando opciones con rapidez y manteniéndose actualizado sobre la oferta de servicios
Esto requiere de acciones de formación dirigidas a los responsables de alojamientos y servicios, para desarrollar iniciativas novedosas y respetuosas con el medio ambiente
– Este verano hemos podido ver que la crisis del Covid ha supuesto un boom en el turismo rural, ¿es esto algo positivo o puede ser causante de una sobreexplotación de los recursos de estas zonas?
El aumento de clientes en programas de Ecoturismo es una tendencia natural que se viene observando estos últimos años y siempre es positivo, ya que a través de su participación se sensibiliza a los usuarios en la necesidad de conservación de la biodiversidad. Si el Plan de Ecoturismo está bien dimensionado desde sus orígenes, no tiene por qué haber problemas de impacto sobre el medio.
– ¿Es esta crisis un punto de inflexión para cambiar un modelo turístico que, quizás, ya era algo insostenible?
El cambio no será inmediato pero esta crisis sí parece que va a traer cambios, sobre todo los relacionados con la responsabilidad de las empresas del sector. Para ser competitivos, a día de hoy, hay que ser al menos neutrales climáticamente.
Hablas en una de tus respuestas sobre la necesidad de ser neutrales climáticamente para poder ser competitivos, ¿qué pasos son necesarios que se den desde las empresas para conseguirlo?
Para ser neutrales climáticamente las empresas lo primero que deben hacer es identificar y analizar sus fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, que se liberan a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de su actividad para posteriormente poder actuar y transformar este impacto, en positivo a través de su gestión estratégica.
Para ello será necesario elaborar un mapa de procesos, definir los límites de alcance que tiene su huella de carbono, recopilar los datos y consumos y finalmente hacer el cálculo de la huella.
Una vez obtenido el resultado del cálculo de la huella de carbono, lo ideal será convertirlo en un resultado neto de cero emisiones a través de la contribución de la organización en proyectos de carbono creados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio de Naciones Unidas para este fin.
Nosotros podemos ayudar a las empresas en esta tarea.
.- En este mismo sentido, ¿deben las administraciones formar parte de ese cambio? ¿qué pueden o deben aportar para conseguir esa competitividad de las empresas en el medio rural?
La administración, en primer lugar, debería dar ejemplo a la sociedad y ser responsables climáticamente en sus procesos. Así mismo debería apoyar a las empresas del medio rural a conseguir estos objetivos, informando y asesorando sobre la forma de implementar las medidas de sostenibilidad y creando una línea de ayudas para financiar a las empresas esta transición hacia la neutralidad climática
– Vosotros desarrolláis labores divulgativas, formativas y de conservación en la Bahía, ¿hasta qué punto son importantes este tipo de acciones en el desarrollo de un modelo sostenible?
Consideramos que iniciativas como las que llevamos a cabo en la Bahía de Santander desde hace ya casi 20 años son de vital importancia, las labores de formación y divulgación ponen en contacto al usuario de nuestros servicios con el medio que lo rodea y le permite comprender los servicios ecosistémicos que estos lugares nos aportan y la dependencia que el ser humano tiene de estos espacios. Pretendemos con ello, fomentar un cambio de actitud en la población y un mayor respeto y sentido de conservación.
Por otro, al asistir a una de nuestras experiencias sostenibles, neutras en carbono y que revierte flujos económicos de servicios ecoturísticos a un proyecto de conservación de la biodiversidad, se sienten partícipes del proyecto y ven que este tipo de iniciativas son viables, por lo que muchos de nuestros clientes se plantean la posibilidad de replicar este tipo de proyectos o repensar los suyos.